Hay personas que se quejan por lo mal que va todo y a la hora de ir a dormir, sienten esa insatisfacción por no haber hecho nada para que el mundo que le están legando a sus hijos sea mejor.
Hay otras personas que viven el lado oscuro de la historia y no tienen tiempo para quejarse. Se levantan cada mañana muy temprano y elaboran con esmero productos de primera calidad para alimentar a sus hijos con dinero y con el ejemplo.
Finalmente, hay personas que están bien y deciden compartir su bienestar con otros. Se benefician de los cambios químicos que ser empáticos provoca en el cuerpo y se van a dormir tranquilos sabiendo que en vez de maldecir a la oscuridad, hoy encendieron una vela.
En Fénix no podemos ayudar a los primeros porque estamos ocupados en unir a los segundos con los terceros.
Cada día, ampliamos las oportunidades de 100 familias emprendedoras ecuatorianas al mismo tiempo que hacemos más simple la vida de todos los que nos eligen, compran y apoyan.
Cuando eliges un producto Fénix, eliges protagonizar esta historia con nosotros. Una historia de superación en la que todos damos lo mejor y nos vamos a la cama satisfechos.
Apoya el emprendimiento ecuatoriano a cambio de productos de altísima calidad que llegan a la puerta de tu casa.
