Queremos contarles nuestra historia, que nos inspira cada día a seguir adelante, y esperamos que puedan inspirarse también.
Este año 2020 nunca lo vamos a olvidar. Cuando sentimos miedo porque nuestros contratos se suspendían por la pandemia y cuando vimos de cerca cómo nuestros familiares y amigos no sabían cómo vender y entregar sus productos, a mi esposo se le ocurrió crear a Fénix.
Fénix por la figura mítica que renace de las cenizas. Fénix como un símbolo que nos inspiraba a no quedarnos quietos y espantados ante todo lo que ocurría en el mundo.
Y así empezamos. Solo con una certeza: crear algo que se convirtiera en una solución para nosotros y para todos quienes quisieran unirse.
Sabíamos que el mundo estaba cambiando a toda velocidad y quisimos cambiar nosotros también y romper nuestros paradigmas y formas tradicionales de hacer las cosas.
Sabíamos también que era el momento de hacer que pequeños y medianos negocios agarren fuerza para resistir y, por qué no…. para ¡crecer! Creímos más que nunca en lo hecho con amor por cada familia ecuatoriana y creamos estrategias hermosas para lograr ventas y entregas eficientes.
Y aquí estamos…. a ocho meses de haber iniciado un proyecto que jamás imaginamos. Estamos los 5 de esta foto con una camiseta que llevamos en el corazón porque representa todas nuestras ganas y voluntad para crecer y salir adelante, generando desarrollo para los emprendimientos y comunidades que ya forman parte de nuestra propuesta.
Ha sido súper difícil todo pero ya hemos dado algunos pasitos que nos dan la fuerza para continuar.
A mi como mujer me encanta sentir que lo que hago tiene un propósito hermoso y me inspira saber que mis niños se hacen valientes al vernos luchar e ilusionarnos cada día por cumplir nuestros sueños.
¡Gracias 2020 por este regalo llamado Fénix!